Había una vez una mujer con belleza inigualable, su cabello parecía que danzaba cuando el viento lo sacudía al caminar, su piel blanca y tersa como si acabara de nacer, pero esa mujer había sido maldecida por una bruja oscura que al envidiar su belleza y su gracia la condeno a que todo lo que ella amara al mirarlo lo convertiría en acero, entonces ella incrédula y escéptica a lo que la bruja le maldijo en su camino se encontró a una bella rosa, cautivada con su belleza y su aroma la aprecio tanto que deseo ser como ella apenas aprecio el rocío que de el cuerpo de la rosa escapaba mientras acaricia sus pétalos, se convirtió en acero fue cuando ella se dío cuenta de su desdicha había amado tanto a la rosa que en acero la vio convertirse corrió asustada pensando en que seria de ella, lamentando que jamás quisiera amar a alguien porque seria tanta su tristeza que ella viera morir a lo que ella amase, entonces al pie del río se sentó entonces al cruzarlo se contemplo en su reflejo entonces ella se observo y se lamento su desdicha entonces una lagrima corrió por su rostro y el frío invadió su cuerpo y en acero se convirtió desde entonces ella posa ahí en la orilla del río con su rostro bello sonriéndole a las aguas con una mirada encantadora a ella misma.jueves, 4 de abril de 2013
La rosa.
Había una vez una mujer con belleza inigualable, su cabello parecía que danzaba cuando el viento lo sacudía al caminar, su piel blanca y tersa como si acabara de nacer, pero esa mujer había sido maldecida por una bruja oscura que al envidiar su belleza y su gracia la condeno a que todo lo que ella amara al mirarlo lo convertiría en acero, entonces ella incrédula y escéptica a lo que la bruja le maldijo en su camino se encontró a una bella rosa, cautivada con su belleza y su aroma la aprecio tanto que deseo ser como ella apenas aprecio el rocío que de el cuerpo de la rosa escapaba mientras acaricia sus pétalos, se convirtió en acero fue cuando ella se dío cuenta de su desdicha había amado tanto a la rosa que en acero la vio convertirse corrió asustada pensando en que seria de ella, lamentando que jamás quisiera amar a alguien porque seria tanta su tristeza que ella viera morir a lo que ella amase, entonces al pie del río se sentó entonces al cruzarlo se contemplo en su reflejo entonces ella se observo y se lamento su desdicha entonces una lagrima corrió por su rostro y el frío invadió su cuerpo y en acero se convirtió desde entonces ella posa ahí en la orilla del río con su rostro bello sonriéndole a las aguas con una mirada encantadora a ella misma.
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